¿Qué se aprende en un bootcamp?

Los bootcamps son formaciones intensivas y especializadas que se cursan en periodos de tiempo relativamente cortos, por lo que requieren un alto nivel de exigencia. Aunque el término proviene de las prácticas militares homónimas, se ha adaptado al ámbito del conocimiento donde, a pesar de existir una amplia variedad, suelen estar enfocados en el sector tecnológico.

Los bootcamps están completamente enfocados a la inserción laboral, motivo por el que van un paso más allá de la teoría y se centran en la puesta en práctica de los conocimientos. Todo buen bootcamp no solo enseña a programar o la tecnología elegida, sino que prepara a sus alumnos para pensar como programadores y poder trabajar profesionalmente en ello. En estas formaciones se crean profesionales capaces de buscar respuestas y solucionar problemas.

Este carácter resolutivo se incluye en las denominadas soft skills o habilidades blandas, otro de los puntos fuertes de los bootcamps. Aquí, además, destaca el trabajo en equipo, una competencia indispensable para ser capaz de colaborar en un grupo de desarrolladores en un ámbito de trabajo real y, hoy en día, fundamental, junto a las habilidades de trabajo en remoto.

Asimismo, es una oportunidad única para comenzar a potenciar el networking. Incluirá a los propios profesores, que son profesionales en activo dentro del sector.

Los bootcamps ofrecen amplias oportunidades y apoyo de cara al acceso al mundo laboral con bolsas de talento que cubren desde la publicación de ofertas de trabajo hasta servicios de coaching individualizado y personalizado, entrenamiento para entrevistas, mentoría con profesionales activos, eventos de networking con empresas.

Bootcamp vs estudios convencionales

Entendemos por estudios convencionales las formaciones regladas, como pueden ser los grados universitarios o los másteres. La principal diferencia entre estos y los bootcamps es que los bootcamps ofrecen formaciones más prácticas y enfocadas en lo que buscan las empresas.

Esto influye en los temarios, ya que los bootcamps están en constante evolución para adaptarse a las necesidades del mercado. Por este motivo, las tecnologías que enseñan son más modernas. Gracias a la actualización incesante, se adaptan rápidamente a la demanda real de las empresas.

Es importante conocer la teoría para saber aplicarla; no obstante, lo interesante de los bootcamps es que enseñan el razonamiento que hay detrás de la teoría para que, en la práctica, los alumnos sean capaces de llegar a las conclusiones por sí mismos. Esta habilidad potencia las oportunidades de crecimiento en el sector tras conseguir el primer empleo.

Si bien es cierto que los bootcamps son una alternativa frente a los estudios tradicionales, lo cierto es que también pueden entenderse como un complemento. Decantarse por una opción no tiene por qué significar cerrarle la puerta a la otra.

Las universidades suelen abarcar un abanico de conocimientos mucho más amplio y menos especializado, por lo que, incluso para quienes ya posean estudios superiores, un bootcamp puede ser una gran oportunidad para formarse más exhaustivamente en ciertas áreas concretas o modernizar los conocimientos aprendidos años atrás.

¿Cómo elegir un bootcamp?

Aunque hay diversas características que valorar a la hora de elegir un bootcamp, a continuación te presentamos algunas indispensables que deberías tener en cuenta:

• Profesores que sean profesionales en activo en su área de enseñanza: evita profesores que solo se dedican a la enseñanza, ya que en un sector donde todo cambia continuamente, uno de los grandes valores añadidos de un bootcamp es conocer las mejores prácticas y trucos de mano de profesionales de la industria.
• Formación sólida, seria e intensa: el sector IT es amplio y sus puestos de trabajo van desde “picar” código de forma mecánica hasta empleos creativos e inspiradores, como puede ser en desarrollo de software. Para asegurar un buen crecimiento en el sector, es imprescindible la seriedad y profundidad ofrecida por la escuela, ya que sentará las bases de tu conocimiento.
• Escuelas con trayectoria: la capacidad de los centros para formar grandes profesionales deja rastro en las empresas, que tienen sus preferencias y saben en qué escuelas los alumnos terminan mejor preparados.
• Reseñas: una gran ventaja de los bootcamp es que suelen contar con opiniones de ex alumnos donde narran sus experiencias, lo que da una imagen real de la calidad de la formación y las posibilidades que ofrece.
• Comunicación: los bootcamps online a los que puedes acceder desde cualquier lugar del mundo están en auge, pero eso no significa que la comunicación con los docentes o compañeros deba reducirse. Es importante valorar que los bootcamps en remoto ofrezcan la posibilidad de ver a las clases en directo para poder ser partícipe de las mismas y no un mero espectador.
• Prebootcamps: existen bootcamps para aprender desde cero en los que no se requieren conocimientos previos. Sin embargo, la mayoría sí exigen unas bases mínimas de programación. Por eso, para elegir el bootcamp adecuado, es importante valorar la oferta de prebootcamps, que son módulos previos al bootcamp donde se trabajan dichas bases.
• Bolsa de talento: es importante que ofrezcan facilidades para la búsqueda de empleo una vez terminada la formación, así como una guía y facilitación de contactos para entrar más rápido en el mundo laboral.
• Soft skills: valora que se ocupen también de trabajar las habilidades blandas, ya que estas son un gran diferencial para las empresas.
• Accesibles y disponibles: una buena comunicación desde el mismo momento en el que solicitas información marca el tono de cómo serán los servicios de la escuela durante la formación.

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