¿Es una ventaja realizar varias tareas al tiempo?


El mundo en el que vivimos hoy se esfuerza cada día por hacernos creer que la productividad es la base del éxito y este el camino a la felicidad. La fórmula, entonces, parece más sencilla que la del binomio cuadrado perfecto: a mayor productividad, mayor éxito y mayor felicidad. Pero como las de Baldor, esta ecuación no es tan simple, ni tan cierta. 

Más allá de lo cuestionable de la idea de que hacer cada vez más es necesario para triunfar en la vida, el afán por aumentar la productividad y por mejorar nuestro desempeño en el estudio y en el trabajo nos ha llevado a desarrollar capacidades nuevas, entre ellas, el multitasking o multitarea, que consiste en la habilidad de hacer varias cosas al tiempo. 


Pero ¿es en realidad esta habilidad un recurso para obtener mejores resultados en nuestro rendimiento y para cumplir más rápido nuestros objetivos? Puede ser, en algunos casos. Sin embargo, la mayoría de las veces hacer varias cosas al tiempo nos lleva a hacerlas a medias o mal, en medio del desespero del mundo porque seamos más productivos = más exitosos = más felices.  

Ahora, no se trata tampoco de que adelantar distintas tareas sea algo malo, ni mucho menos reprochable. Existen muchas personas capaces de hacerlo sin afectar la calidad de sus trabajos. Aunque, a decir verdad, parecen más pulpos que humanos: escuchan música, adelantan un proyecto en el computador, responden y siguen las temáticas de ocho grupos de WhatsApp, se ríen del chiste que lanza alguien en la mesa y estudian para un parcial al mismo tiempo.  

Como dijimos antes, esto no está mal; lo realmente perjudicial es asumir que una habilidad de este tipo es como el acetaminofén: que se le puede recetar a todo el mundo y resuelve todos los problemas


Si en verdad queremos ser más productivos, no por esa idea absurda de que así seremos más exitosos, sino para tener más tiempo para otras actividades y cumplir de la mejor manera con nuestras responsabilidades, es más práctico, contundente y productivo dedicarnos a una sola tarea a la vez, estableciendo prioridades, de forma que sepamos clasificar las tareas de acuerdo a su importancia y urgencia. 

De esta forma, aquellas funciones donde estas dos variables son altas deben ser las primeras en ser atendidas, luego vienen aquellas que son urgentes, así su importancia no sea mucha, y por último es necesario guardar un buen espacio para las que son importantes, pero que no requieren de inmediatez, las cuales se suelen relacionar con proyectos de mediano y largo plazo. 

Jerarquizar tareas no es tan sorprendente ni tan impresionante como realizar cinco tareas simultáneas, pero sin duda es mucho más efectivo para tener buenos resultados y mayor calidad.



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