"Empresa" se escribe en femenino.

En el mes de la mujer, nos vamos a poner en los zapatos de las chicas: 

Imaginemos que somos los directores de una importante compañía en el país, tenemos a cargo más de mil personas y  manejamos grandes cifras de dinero. Imaginemos, además, que tenemos un equipo de  trabajo conformado por los vicepresidentes de cada uno de los departamentos que aportan al funcionamiento de la empresa. 

Tenemos un montón de responsabilidad y somos personas decisivas en la toma de decisiones, pero lo más importante, somos mujeres. 

Mujeres rodeadas por juntas directivas llenas de hombres, pertenecemos a ese selecto 3% de CEO's que son del género femenino.

Imaginemos, ahora, que para llegar a este puesto atravesamos una carrera difícil, en la que tu compromiso y dedicación te dieron la ventaja, en un ambiente, donde por lo general, las ventajas son para los hombres.

Pensemos en lo feliz que fuimos cuando logramos ocupar el cargo directivo más importante de la empresa, porque a pesar de que nos decían que era "trabajo de hombres", demostramos que las mujeres tenemos fuerza y que, gracias a nosotras, muchas niñas van a crecer pensando que pueden ser líderes, que pueden ser CEO's. 

Imaginemos por un momento que cada decisión que tomamos es cuestionada solo porque somos mujeres, pero pensemos en la satisfacción que nos da cada que nuestras estrategias tienen éxito y demostramos que el futuro es femenino. 

Recordemos cuando nos juzgaron por nuestro género, cuando nos intimidaban en las reuniones o cuando no nos escuchaban, cuando muchas veces nos dieron tareas que, por años, eran exclusivas de una mujer y no confiaban en que nosotras podíamos hacer el "trabajo de hombres". 

Sin embargo, pensemos también que, desde que estamos al mando, la empresa ha crecido un montón, se han estabilizado procesos, los equipos están más unidos y los ingresos y aportes económicos se han incrementado considerablemente. 

Piensa que cada victoria de nuestra empresa, es una victoria para la igualdad de género. 

Ahora que nos pusimos en los zapatos de una directiva exitosa, pensemos también en cómo nos sentiríamos si constantemente las personas estuvieran juzgando nuestros logros basados en el simple hecho de ser mujer, que todo el tiempo te estén menospreciando a pesar del gran trabajo y de los buenos resultados. 

Todo lo anterior parece un poco lejano, sin embargo, es la realidad a la que muchas mujeres se enfrentan diariamente y, aunque las oportunidades para el género femenino siguen siendo desiguales, se ha comprobado que, si estas desempeñaran el mismo papel que los hombres en las empresas, se agregarían US28.000 millones al PIB mundial anual para 2025. 

La brecha entre hombres y mujeres aún es inmensa en el ámbito laboral. Solo para ponerlos en perspectiva, de cada 500 CEOs que hay en el mundo, solo 15 son mujeres. El 3%. 

Esto, sumado a la desigualdad salarial y a que, a pesar de esto, las mujeres trabajan más horas que los hombres, nos indica que las cosas deben cambiar. 

Los movimientos a favor de la igualdad entre hombres y mujeres han logrado grandes cosas y, en el mes de la mujer, queremos contarles por qué es importante ponernos en los zapatos de las chicas, ver más de cerca la desigualdad y comenzar a generar ese cambio, el cual, como mencionamos antes y les explicaremos a continuación, hará que tu empresa prospere. 

El futuro es femenino y las mujeres en las empresas harán que este sea más próspero, porque en las compañías donde hay un gran número de mujeres, las metas se logran con mayor eficiencia y rapidez. 

¿Por qué?

Las mujeres son comprometidas, muestran coherencia en sus actos, generan confianza y respeto, además de que son más empáticas a la hora de liderar y esto les permite tener una gran capacidad de trabajo. 

Además, las mujeres han demostrado tener mayor interés por el aprendizaje y hoy, son más las chicas que se gradúan de la universidad que los chicos. 

Esto permite que lleguen a las empresas con conocimientos frescos, ideas innovadoras y capacidad de ejecución que permite mayor efectividad y mejores resultados. 

Una de las características innatas de la mujer es el orden y, al estar en cargos directivos, esto permite que la planificación sea mejor y que las estrategias y los proyectos se puedan pensar a corto, mediano y largo plazo. 

Por otro lado, no nos podemos olvidar de que, más que trabajadores, todos somos seres humanos, y esto es algo que las mujeres tienden a tener más presente, por lo que son más empáticas y asertivas a la hora de comunicarse. Los empleados se conectan con ellas permitiendo que el ambiente laboral sea mucho mejor, aumentando la eficiencia y productividad de las personas. 

El compromiso es clave en una posición de liderazgo y las mujeres tienen la capacidad de estar al tanto de todo, además de que pueden ejecutar varias tareas al mismo tiempo.

La mujer, también, es resiliente, creativa y orientada a soluciones, factores clave a la hora de enfrentar todos los problemas que trae el trajín de liderar equipos. 

Con esto, no queremos decir que los hombres no sean fundamentales, porque el progreso económico que hemos tenido hasta hoy, ha sido, en parte, gracias al esfuerzo de ellos, sin embargo, es importante comprender que los resultados serían más positivos, si generamos la cultura de la inclusión y la igualdad y comenzamos a trabajar en conjunto, a escuchar otras perspectivas y a comprender que el futuro de las empresas se construye también con las mujeres, porque, no en vano, "empresa" se escribe en femenino. 

Para contratar más mujeres y ser una empresa líder en igualdad de género, recuerda registrarte en WorkUniversity y lograr que más jóvenes estudiantes encuentren el trabajo de sus sueños. 

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