En
Colombia, es común concebir la educación superior pública y la privada como
dos mundos diferentes, en ocasiones diametralmente opuestos. Si bien esta
idea corresponde a un estereotipo, determinado principalmente por factores
económicos y la imagen desfavorable de las instituciones públicas, los
rankings internacionales, como el QS, indican que la calidad educativa y el
talento de los universitarios son similares en ambas esferas. Más allá de
las capacidades técnicas, el uso de herramientas, las destrezas y el
conocimiento, en WorkUniversity quisimos indagar si existen diferencias en la
forma cómo perciben los estudiantes, tanto en el ámbito privado, como en el
público, sus habilidades blandas más destacadas.
Para
esta tarea, tomamos las cuatro habilidades blandas que los jóvenes han
caracterizado en nuestro portal como las de mayor fortaleza y comparamos su
presencia en un grupo de 1.920 estudiantes de universidades públicas e
igual número en entidades privadas, con el fin de observar si el tipo de
educación diferencia la concepción de las habilidades personales entre los
jóvenes. Les presentamos, a continuación, los resultados de este ejercicio.
En
primer lugar, de los 1.920 estudiantes de universidades privadas seleccionados,
793 manifestaron contar con la habilidad de aprendizaje, lo que
corresponde al 41% de este grupo, mientras que, en el entorno público, 921 la
destacaron entre sus cualidades, representando un porcentaje del 48%. Entre
tanto, con relación a la adaptación, la cifra entre los jóvenes de las
privadas ascendió a 806, mientras que en el grupo de las públicas se ubicó en
866, lo cual corresponde a porcentajes del 42% y 45%, respectivamente.
Por su
parte, el trabajo en equipo figuró entre 705 estudiantes de
universidades privadas, equivalente al 37%, cifra similar al 34% observado en
las instituciones públicas, gracias a los 650 alumnos que lo detallaron como
una de sus cualidades. Finalmente, la atención al público reflejó 373
apariciones en el caso de las privadas y 461 en las públicas, consolidando
cifras de 19% y 24%.
En
este orden de ideas, los números son claros: no existen marcadas diferencias
en el diagnóstico de habilidades que los estudiantes actuales hacen de sí mismos.
Esto, sin duda, marca un punto de encuentro entre ambas esferas educativas,
aparentemente tan distantes en diversos aspectos, que permite entrever una mayor
incidencia de factores sociales y culturales en la visión personal para
encarar el mundo, que aquella que puede ejercer la educación misma e incluso
las diferencias de índole económica.
Un
ejemplo cercano, que puede ilustrar esta idea
de manera acertada, es el malestar expresado por los estudiantes de todas
las universidades ante la actual conducción del país en materia de medio
ambiente, modalidades y retribuciones del trabajo y modelos de pensión, temas
que impactan de forma directa la construcción de su futuro.
Aun
así, cabe señalar que la presente comparación está basada en un tema de
percepción, por lo cual, en la práctica, pueden existir algunas diferencias de
facto entre las habilidades blandas demostradas por los estudiantes
provenientes de cada tipo de educación.
¿Y
ustedes, han encontrado diferencias? Los invitamos a que nos compartan sus
experiencias en este aspecto.
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