Cuidemos nuestra salud mental


La salud mental es un tema que ha cogido mucha fuerza en los últimos años y eso es bueno, porque hemos comenzado a normalizarlo y, cada vez, es más común ir a un psicólogo. 


Eso es bueno, sí, pero aún nos falta mucho camino para comenzar a tratar este tema de la mejor manera, teniendo en cuenta que somos jóvenes y que los trastornos mentales representan el 16% de la carga mundial de enfermedades y lesiones en las personas de edades comprendidas entre 10 y 19 años.

Esto es muy importante porque, incluso antes de comenzar la universidad, se pueden presentar síntomas de trastornos mentales, pero, en la mayoría de los casos, no acudimos a tratamiento. Incluso, la Organización Mundial de la Salud dice que la mitad de los trastornos mentales comienzan desde los 14 años.

No prestar atención a esto, no solo nos afecta nuestra salud física y emocional, sino que puede tener repercusiones en la vida adulta para llevarla de la manera más satisfactoria. 

Algo que tiene mucha influencia en nuestra salud mental es la universidad; la presión de ganar los exámanes, de graduarse, la incertidumbre de no saber qué hacer en cuánto terminemos la carrera, las relaciones socioafectivas con familia y amigos son aspectos que tienen un peso muy grande en nuestro bienestar. 

Todos hemos pasado por esto, a todos nos genera angustia el futuro, en algún momento de la carrera nos hemos sentido estancados, dudamos de nosotros y esto puede desencadenar en cuadros de depresión o ansiedad, que son las afecciones más comunes en los jóvenes estudiantes. 

Sin embargo, esto no quiere decir que nos debamos quedar ahí o que debemos simplemente cambiar de actitud y dejarlo pasar. No. A veces, trivializamos el no dormir, el no tener apetito, la distracción o que lloramos de la nada en el bus yendo a clase. Pero, nada de esto es una bobada y, por el contrario, son una señal de nuestro cuerpo que nos indica que algo no va bien. 

Está bien estar mal y está bien pedir ayuda cuando lo necesitemos, lo cual es algo muy valioso que tiene nuestra generación, ya que se ha demostrado que los jóvenes están más dispuestos a asistir a un profesional de la salud mental que sus padres o abuelos. 

Y, aunque no lo creamos, los trastornos mentales son más comunes de lo que pensamos, así que si sientes que algo no va bien, no dudes en informarte y pedir ayuda a tu familia o amigos. 

Por otro lado, te vamos a compartir unos consejos y herramientas que te serán muy útiles para volver a sentirte bien; aclaramos, nada de esto va a reemplazar la ayuda y atención que te puede brindar un psicólogo. 

1. Date tu tiempo: La universidad puede abrumarnos mucho, sobretodo en época de exámenes, sin embargo, ten presente tus tiempos y trata bien a tu cuerpo. No te pases la noche completa estudiando o no dejes de pasar tiempo con tu familia por una tarea. Al final, las notas son pasajeras, pero las repercusiones en nuestra salud, no. Además, nada vale más que tu tranquilidad, ni siquiera la universidad. Todo es cuestión de equilibrio.

2. Escucha música que te tranquilice: Crea una playlist con canciones que te motiven, que te hagan sentir bien y que te relajen. Escúchala cada vez que sientas que vas a tener una recaída en tu ánimo y asegúrate que sean canciones con las cuales, sí o sí, vas a poder distraerte un poco. Algunas que te recomendamos agregar a esta lista son: La vida es un carnaval de Celia Cruz, The zephyr song de Red Hot Chilli Peppers, It's my life de No doubt y The world's greatest de R. Kelly. Estamos seguros que son canciones que te van a empoderar. 

3. No olvides tus hobbies: Algo común en quienes tienen un trastorno mental es que dejan de hacer cosas que antes disfrutaban y esto es muy contraproducente porque genera sentimientos de culpa, así que oblígate a continuar con tus hobbies, a seguir disfrutando de tus actividades y no dejes que un trastorno te limite. 

4. Piensa en positivo: Rodéate de mensajes que te transmitan positividad, buena vibra y sentimientos alegres. Pon de fondo de pantalla del celular una frase que te empodere, que te motive y con la que te sientas identificado. Pega en la pared de tu cuarto mensajes bonitos hacia ti y tu vida, escribe en tus cuadernos frases alegres y rodéate de vibras positivas. 

5. Infórmate: Lee acerca del tema de salud mental, haz preguntas, cuestiona. Muchas veces creemos que tenemos depresión solo porque lloramos mucho o porque estamos tristes cuando en realidad no es así. Así que no te hagas un auto diagnóstico y antes de sacar conclusiones, pregunta. 

Ahora te vamos a presentar unas herramientas que te pueden ayudar a volver a encontrar el bienestar. 

1. Desansiedad: Es una página web que presta el servicio de asistencia psicológica online, además que publica información relevante con respecto a la salud mental que puede ser muy útil para conocernos e identificar qué es lo que realmente tenemos. Esta página fue fundada por una psicóloga, Fabiola Cuevas, quien afirma que también sufrió de trastorno de ansiedad y quiere que las personas vean esta afección como algo positivo, para que se vuelvan a encontrar. También tienen un podcast en Spotify en el cual hablan de temas relacionados a la salud mental. 

2. Cosas que piensas cuando te muerdes las uñas de Amalia Andrade: Es un libro de la escritora caleña, Amalia Andrade, en el cual cuenta su experiencia con el trastorno de ansiedad que le diagnosticaron y qué fue lo que hizo para aprender a convivir con este. Aparte de mostrar su relación con esta patología, da consejos y sugerencias para que los lectores también aprendan a sobrellevar esto y lo normalicen. 

3. Headspace: Esta es una aplicación disponible en iOS y Android que brinda el servicio de meditación guiada. Fue pensada para reducir los niveles de estrés en los usuarios y, además, encuentras guías de meditación enfocada en lo que necesites, desde la depresión y la ansiedad, hasta guías de meditación para dormir mejor, madrugar o sobrellevar el estrés en el trabajo. 


Estas son algunas herramientas que te pueden ayudar a sobrellevar esos trastornos o situaciones difíciles, sin embargo, recalcamos en que nunca serán el reemplazo de un psicólogo y que siempre será mejor acudir a la ayuda de un profesional. 

Además, te recordamos que no estás solo y que está bien estar mal, que puedes darte el beneficio de sentirte vulnerable y que uno asiste al psicólogo porque algo va mal con su mente, así como asistimos al odontólogo porque algo va mal en nuestros dientes. 

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